Corre, no dejes que te alcance. Corre más rápido y deja de mirar atrás. Tu respiración entre corta, lo alienta a quererte alcanzar y, si lo logra, sus zarpas te van a desgarrar.
Los ojos claros, que por accidente viste, ahora están encendidos como un par de brasas; si única meta es, devorarte lentamente; saborear cada bocado de ti bajo la luz de las estrellas.
Corre con todas tus fuerzas, como loca al ataque, que tu vida depende de ello y esta vez, no hay nadie para que te salve.