Cuando el camino se trunca, cuando parece que todo cae al abismo y no hay forma de continuar, es cuando descubres el sendero escondido, que te ayudará a pasar. La verdad, no es una parte en la cual puedas correr ni salir de la mejor forma, pero te ayudará a llegar al otro lado.
Esas rocas puntiagudas, rasgaran las palmas de tus manos; te harán sentir la dureza de la tierra surcando cada una de las líneas de tu mano, adhiriéndose a tu piel, para después desprenderse con rapidez, dejando una mancha roja que te invita a no dejarla de mirar.
El dolor que sientes, no se compara con la majestuosidad de poder estar más allá, más allá de donde el sol se pone, en donde tu mente ya no pueda recordar más.
Los cambios surgen y te invitan a que debas de participar en los bailes de la vida, donde nadie... ha dejado de danzar.
Esas rocas puntiagudas, rasgaran las palmas de tus manos; te harán sentir la dureza de la tierra surcando cada una de las líneas de tu mano, adhiriéndose a tu piel, para después desprenderse con rapidez, dejando una mancha roja que te invita a no dejarla de mirar.
El dolor que sientes, no se compara con la majestuosidad de poder estar más allá, más allá de donde el sol se pone, en donde tu mente ya no pueda recordar más.
Los cambios surgen y te invitan a que debas de participar en los bailes de la vida, donde nadie... ha dejado de danzar.