domingo, abril 12, 2020

El andar

Si nos ponemos a pensar, no habríamos creído que llegaríamos aquí;
pensando, nos hubiéramos quedado al margen de nuestras ideas.

Los sueños abrumaron nuestro camino y nos hicieron volar;
con las alas blancas, surcamos el cielo;
nos dejamos caer por el acantilado...
y disfrutamos el viento en nuestros rostros.

No hay rayo de luz que no ilumine lo necesario;
no hay oscuridad que no permita perderse en nuestros cuerpos.
Nuestras manos vagan por nuestra piel
y nuestro labios se funden en lo exótico de los placeres.

Dijimos que si, a lo que se avecine en el horizonte;
decidimos ir por el mundo, tomados de la mano,
buscando el más simple pretexto de tirarnos a la arena.

Nuestros cuerpos se pueden fundir en uno solo;
nuestros pies pueden ir por diferentes veredas,
pero un sólo camino, guía nuestros pasos.

Susurro del mar

Sentado frente al mar, escuchando el ruido de las olas; admirando las aves surcando el horizonte, mi mente tranquila, recuerda el roce de tus labios.

Un simple beso, que me eleve como las gaviotas sobre el mar. Recordando como me atrapaste en tus brazos, mi boca se transforma, mostrando una sonrisa y pidiéndole al viento que te lleve un recuerdo que te haga pensar en mí, al menos por un momento.

Beso fugaz

Y aunque el cielo enmudeció, las estrellas no dejaron de brillar. Con su luz buscaban iluminar el silencio de la bóveda celeste.

Entre sus dedos, un cálido aire pasó, dejando el aroma del ser querido y un tímido beso que buscaba el camino para llegar a ese par de labios tan añorados.

"Buenas noches"

Con lo cálido de tus labios y calor de tu aliento, los pulsos eléctricos que recorren mi piel, estremecen mi cuerpo.

Mi mente vuela y termina en un sueño. Un sueño del que sólo espero despertar, para saber que estás a mi lado, y que esa, es mi realidad.