Canción

Cada momento de mi vida, cada experiencia percibida, ha dejado una estela musical suspendida en el aire, formando estribillos a lo largo de mi corta vida, preparándolos para la función final.

Cada nota llena de vida, se acomoda en su respectivo lugar, generando sonidos armoniosos que, algún día, alguien logrará disfrutar.

Dentro de poco... o dentro de mucho, al final, la vida sólo se escuchará, llevando entre sus notas el recuerdo, de lo que una vez, a mi me gustó escuchar.

La música

Cada melodía escuchada, es un recuerdo compartido; cada estribillo cantado, es un pedazo de vida usado para comprar la inmortalidad de ese momento.

Mientras caminas por la calle adornada por la hojarasca, producto de los lazos de otoño, caes en cuenta que existe un coro en el cual siempre podrás cantar; ese coro donde conoces cada melodía y en donde cada una de las canciones despierta tu parte más humana, lo que una vez compartiste y que tu mente recuerda... como si hubiera sido ayer.

Tarde de domingo

Cuando el sol casi cae,

la plaza se llena de sonidos, de bailes y de colores...

colores en los que me pierdo, buscándote a ti,

pero sobre todo, donde me encuentre a mí.

Mi corazón da vuelcos en su sitio,

esperando el nuevo danzón;

sin saber que un día,

esa canción será su dolor.

Entre tantos papeles de colores,

alegría y libertad,

me olvido contigo de lo que una vez quisimos

y en lo que esperábamos convertirnos.