domingo, julio 30, 2017

El poder del amor. Parte III

Una venda transparente tapa mis ojos, como la niebla, a la hora del alba, no deja pasar los rayos del sol. La fuente de mis suspiros, es el origen de mis dolor. ¿Por qué llegas anunciando amor y ternura y en mi rostro se plasma tu odio y rencor? ¿Hasta cuándo seguirás usando mi cuerpo y nublando mi mente como si fuera un juguete de trapo?

Es agotador lavar la sangre y tratar de disimular las heridas que tu amor me ha causado; heridas vivas, heridas goteantes de dolor, impotencia y amor. Mi cuerpo no puede más; mi mente está destrozada y no quedan vestigios de lo que una vez fui.

No se a quién recurrir; me siento en un lugar sin salida, a la acecha de un mal infernal. Tu aliento me sigue cautivando y tus palabras me hacen delirar... pero tus manos me hacen temblar. Esto no puede continuar; de ti me he de zafar y correr hacia la libertad.

Por años me hiciste creer que sin ti, no soy nada; que sin ti, mi persona es basura; es momento de enseñarte de lo que soy capaz y espero que no te arrepientas, porque será demasiado tarde.

... nos vemos pronto, mi amor...

El poder del amor. Parte II

El amor todo lo puede y, yo creo que con el tiempo, mis heridas sanarán. Al calor de tu cuerpo, sólo los vestigios pasados de nuestra unión quedarán. Ruego por hacerte feliz y que mis actos sean lo suficientemente grandes como para disfrazar la ira que te ocasiono.

Espero llegar a ser tu centro de atención, tu primer pensamiento de la mañana; que tus manos no sólo choquen contra mis mejillas, sino que también acaricien mi cuerpo. Me esforzaré tanto; te haré la persona más feliz del mundo  y verás que nuestro amor, arderá como las llamadas de una hoguera.

El poder del amor. Parte I

Tu calor me llena, me hace sentir con vida; tus besos me erizan la piel y me hacen perder el aliento. Tus manos... ¡oh tu manos! me hacen llegar a lugares inimaginables, me hacen sentir tan bien, tan... tan... tanto dolor.

Dices que me amas... no niego que yo también te amo... y por todo el amor que siento por ti, he sacrificado mi ser, porque, ¿eso es lo que se hace por amor, no? Esperaré con ansias a que llegue el momento en el que mi sacrificio rinda frutos y me ames sin dolor y con locura.
Sin pensar en algo más allá, te asomaste a mi vida. Te quedaste grabado en mi mente por un instante.

No se si fue tu sonrisa pícara o tu mirada conservadora lo que me cautivó.

Sin saber que tanto de lo que decías era verdad o sólo querías quedar bien conmigo, decidí optar por seguirte el juego. Juego peligroso que jugamos... ese juego en donde las palabras sujetaron más que las cadenas.

El brillo de tus ojos y lo atrevido de tus besos encendieron la mecha que lanzó chispas al cielo desde mi mente.

Entre palabras y verdades, tu sinceridad me fue ganando. Tu manera de decir las cosas y expresar lo que sientes me hizo volar... estando siempre sobre la tierra.

Nunca estuvimos tan lejos, sólo estuvimos sacándonos la vuelta. Cuando se tiene el hilo rojo, sólo hay que desenrredarlo y darle un toque de optimismo y alegría.

Que las palabras nunca dejen de fluir y los secretos nos mantengan unidos; que siga habiendo aventuras y lazos irrompibles entre tú y yo y todos los que nos rodean.