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jueves, noviembre 20, 2014

Saltarás

Corriendo en círculos, descifrando los símbolos de las paredes, has caído en cuenta que esto no es un laberinto, sólo son una serie de pasadizos.

Los miedos acechan en cada esquina; saltan, intentando atraparte, pero tus pequeñas piernas son más fuertes y te alejan de ellos.

Desde lo alto llega la luz de un faro, sin más objetivo que alumbrarte el camino. Nadie sabe desde cuánto está ahí ni quién lo mantiene encendido, pero las rastros del tiempo se ven en su torso.

Como amigo fiel, te guía a la salida; te guía al espacio en donde ya nadie más vigila. Donde la única alternativa suena descabellada, pero no queda otra salida.

Al final, crees que no lo harás, pero yo se que saltarás al mar desde el acantilado; porque no queda otro camino, que el que no está escrito en el tiempo.

miércoles, septiembre 21, 2011

El puente

La distancia entre dos destinos puede ser recorrida a través de un largo rodeo o de una travesía muy aventurera.

Con un acantilado de por medio, las cosas pueden llegar al extremo, dejando de lado el vasto pensamiento, que en este hueco, se queda sin fundamentos.

A lo lejos se aprecian los restos de un viejo puente... un puente olvidado por el tiempo, dejado a merced de la luz y el sereno. Un puente que un día unía vidas, pero que ahora adorna el espacio "vacío" existente entre dos muros de roca y tierra.

Esa estructura aun une los dos extremos, pero es un gran riesgo, caminar sobre sus huesos, porque ante cualquier paso en falso, tu mundo intenta alzar el vuelo...