Durmiendo plácidamente, mientras tu cuerpo descansa,
llega a tu mente un pensamiento incoherente.
Pensamiento que te agita el corazón
y pone en tela la razón.
Ese sueño perturbado que hasta la respiración ha cortado,
te hace dudar de la realidad y trae a flote tus temores más interiores.
Temores escondidos que no llegan hasta la realidad,
sino que nunca se ven manifestados,
hasta que te atreves a soñar....
Pero dios, ¡¡¡el sueño ha sido un poco infernal!!!
El susto por la pesadilla, no es otra cosa
que un gran sentimiento reprimido,
idea atrapada o expresión censurada
bajo una falsa sonrisa.
¿Un miedo al cual tenemos que afrontar y toparnos con la realidad
o seguir en nuestra vida y mirar siempre para arriba?
Dicen que siempre debemos de ver hacia adelante
y evitemos mirar hacia abajo y así evitar el fulminoso vértigo,
pero cuando lo malo viene de un montón de recuerdos enterrados,
¿hacia dónde debemos mirar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario