Un momento sereno... olvidado en el tiempo; una suspensión de la realidad en un solo cuerpo que miraba la luna con un gran recelo.
Ella era la culpable de esta perturbación profunda; solo ella era la culpable de causarle tanta agonía. Agonía que se reflejaba en el amor que día a día creía por esa ninfa del bosque, que bajo sus rayos, siempre sonreía.
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