¿Y si nos volvemos a encontrar?, ¿si descubrimos que una mirada aún nos puede paralizar?
Mi boca tartamudea y se come las palabras. Mis manos estrujan el viento, que lleva consigo sentimientos libres.
Mi sombra te acompaña y vigila cada una de tus pisadas.
Al final de la jornada, los sueños tienen un destino que tú y yo no compartimos. Sólo recordamos los bellos momentos que nos desgarraron el alma.
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