La calma desde hace mucho tiempo llegó, el viento cesó y el calor cayó... Lejos de aquí, en las profundidades del mar, los dioses sólo se limitaban a contemplar, gozando del "buen clima" con una copa de champagne.
De pronto el aire ya no amainó; el cielo se encapotó y nubes oscuras hicieron de las suyas con el ocaso del sol...
La muerte de la luz, dio paso a una exposición artística de colores rojizos y rosados, que engalanaron una inmensidad de figuras formadas en lo finito del cielo.
Lluvia de cero paz, viento de donde no hay decadencia, la gran tormenta por fin se acerca. Todo huele bien, la tierra ha sido mojada, el paisaje se refresca y tú lo adornas con una mirada.
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