Tan fuerte fue el golpe, que aun la mente se tambalea; fue como si pasara un tren a toda velocidad y se impactara contra el muro de contención... el cual cumple con su propósito, pero termina despezado y esparcido en grandes trozos, cuando bien le va, a lo largo del camino.
A travesar las murallas y llegar a un punto sin retorno, impulsado sólo por las ideas, sentimientos y demás circunstancias imaginadas, pero poco expresadas, es una actividad que poco provecho puede traer, debido a que la fuerza del impacto resquebraja cualquier contención, debilitando toda posible situación...
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