En la banca, la misma donde siempre te soñé, ahora te veo venir, caminando muy pausado y brincando de vez en cuando.
Tu cabello enmarañado, a causa del viento, cubre tus ojos, ocultando tu mirada suspicaz que busca por el parque un punto en donde posarse.
Levantas las manos como si quisieras abrazar el viento... sujetando para siempre la libertad. Esa libertad que respiras.
Ese aroma que despides y que el viento trae a mi sentido del olfato, no es mas que un toque de frescura con un poco de encantanto, que hechiza mis sentidos con el movimiento de cada árbol.
En el parque de los pinos, tu figura no dejo de observar y menos ahora que tu mirada ha encontrado su objetivo, ese objetivo a la distancia hacia el cual comienzas a caminar, esbozando una sonrisa con cada paso.
Le saludas desde lejos, solo para mostrar al mundo lo grande que es tu felicidad; todo esto es casi un sueño, un gran sueño anhelado, con la diferencia de que me levanto para tenderte mis brazos...
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