lunes, septiembre 10, 2012

EL ocaso

Cuando el sol brilla en lo alto del cielo, todo crece a su alrededor. Las flores sonríen, el viento sopla, los árboles bailan, todo es un mundo magnífico que se espera que sea inmortal.
Aunque no lo sabemos todo, hemos descubierto que nada es eterno y que las cosas tarde o temprano cambian... dejan un color por el otro; de estar en la luz, se van a la oscuridad.
Hasta el mismo sol deja de brilla... deja de iluminar todo para dar lugar al siguiente paso... que siempre parece algo más que el final.

En el ocaso de las vida, te das cuenta de los actos realizados, de la nueva tonalidad de las cosas, de la fragilidad de los sueños...
Pero sobre todo, te das cuenta que las esperanzas, por las que tanto luchabas, hace tiempo que vieron su atardecer ya.
La esperanza muere al último... porque todos esperamos que se encuentre con nosotros, cuando realmente es la primera en marcharse de nuestro regazo.
En su lugar, sólo encontramos las ilusiones fallidas de lo que queríamos que "algo" fuera, pero al final, no lo fue.

Si un mundo es de papel, puede volar y adaptarse a cualquier cosa... menos al reflejo del agua... ya que aunque flote, tarde o temprano terminará hundiéndose.
El papel es papel, bonito y de colores, pero al final de cuentas... papel.

En el ocaso de nuestras esperanzas, sólo nos queda algo para seguir... y esa es la ilusión de ver las estrellas en el firmamento nocturno, las cuales, aunque haya tormenta, tarde o temprano, para nosotros brillarán.


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