Escribí una carta, esperando que llegara a tus manos, rogándole al cielo que no perdiera su camino.
Redacté estrofa y poesía pensando siempre en tu mirada. Comparé mis sueños con el azul de los mares, tan profundo y tan inmenso y a tu lado, todos siempre navegables.
Puse un membrete a un sobre y sellé con un beso mi relato, para que cuando lo abras sientas lo mucho que te extraño.
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