Cómo agua en el desierto, poco a poco tus caricias se van borrando de mi cuerpo; se evaporan con el tiempo, dejando tras de sí un aroma a incierto.
Aun no logro olvidarte, mi mente se empeña en no dejarte y mientras tanto mi cuerpo sufre por las quemadas de tus dedos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario