Como cisterna con llave descompuesta, las ideas caían lentamente; poco a poco sin cesar se han ido acumulando.
Sin prestar atención a la gotera, mi cabeza acumuló pensamientos, comenzando a llenarse peligrosamente.
Con tantas ganas de salir gritando y dejar que el viento se lleve las palabras, que ahogue las ideas y selle la entrada.
Al final, los deseos son la utopía de un sueño, que plasmado en la realidad, sorprendéntemente nos deja desilusionados de lo que realmente nos atrevemos a hacer.
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