Con el cuerpo sudado y el corazón agitado despierto rodeado de oscuridad. Tus ojos se han cerrando y tu aliento ya no se siente en mi piel.
En medio de la noche, mis manos buscan aferrarse a la realidad... pero la realidad es que tu esencia se ha marchado y yo solo me he quedado.
Rodeado de un aire nauseabundo, me pregunto si podré despertar y escapar de esta pesadilla, en donde los besos ya no vuelven más y las únicas caricias que llegan a mi piel son de la soledad.
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