Mariposas de colores, tal como la alucinación de un drogadicto, mueven sus alas al viento, separando cada partícula de polvo para elevarse.
Remolinos resplandecientes se desplazan a través de la ciudad, conducidos desde lo alto del bosque, sólo con la misión de alegrarte.
Cada sonrisa robada, es una memoria guardada, en el baúl de los recuerdos que juntos construimos.
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