miércoles, diciembre 26, 2012

Una tarde

Es demasiado tarde para comprender que el viento del norte, cargado de aroma a pino y cedro, deslizándose por tus mejillas, anunciaba algo más que la llegada del otoño.

Tus pensamientos refrescó, pero tus ideas jamás se llevó, simplemente las enturbió lo suficiente como arrastrarlas hasta el patio de atrás, en donde una vez jugaste y creíste amar.

Tan grande fue tu distracción, que el cielo no vislumbraste y cuando tus ojos se dieron cuenta, una llovizna limpió tu cara, estremeciendo tu piel, pero alegrando todo tu ser... esa lluvia precipitada, es sólo un poco de magia que alegra tu corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario