Esa belleza cautivante, que provoca que todo mundo volteé la mirada; esa belleza me mira a mí.
Sin querer, nuestras miradas se cruzaron y desde entonces, no hay poder en el mundo que me haga apartar la vista.
Mirada cautivante, capaz de destrozar todo silencio; ojos pispiretos, capaces de desnudarme con un pestañeo.
Sin mucho que perder, te arriesgaste a sonreír y ahora, mi mirada no puedo apartar de ti.
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ResponderEliminarAfortunado el poseedor de esa mirada cautivante y esos ojos pispiretos que acaparan tu atención...
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