miércoles, diciembre 03, 2014

Los escombros

Con la piel cortada y la mirada perdida; sus pies cansados de caminar, iban sangrando por toda la calle. Sus manos agrietadas mostraban la supervivencia de su ser. Su mente, nublada, pero viva seguía dormida en el fondo de su cráneo, esperando a que cesara la lluvia de escombros que aun caía.

Sin más esperanzas que las arrebatas al destino, la ciudad cayó en llamas; los edificios cayeron como piezas de dominó y, sus habitantes, como una colonia de hormigas indefensa, fueron los cimientos de los escombros que construían la destrucción.

Su cuerpo y alma se salvaron, pero, a partir de ese día, su mente ya nunca más volvería a ser la misma...

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