jueves, octubre 23, 2014

Agujero abismal

Se que no puedes escucharme, pero me aferro a la idea de que puedes sentirme... o al menos a la vaga premisa de que aun escuchas el eco de mi voz perdido en el infinito firmamento nocturno.

Lo escuches o no, lo sientas y percibas o no, en el fondo sigo desgarrando cuadros con un pincel; quebrando vajillas enteras con el único afán de liberar este sentimiento agotador.

Creí que te dejé caer al vacío sin darme cuenta que mi mano se había soltado antes que la tuya. Mi cuerpo yace suspendido en la nada, en donde sólo se escucha tu recuerdo y se observan tus murmullos.

El tiempo vendrá, si esperamos a que llegue... es difícil de creer, pero en este estado inerte, mi mente ya no puede más, mis labios se quiebran por sentir el aliento de tu respiración.

El aire llega frío a mis dedos, cuando antes era tu piel tibia, la que se enchinaba ante el tacto de mis yemas.

Sólo puedo hacer una comparación, en este estado, no puedo ver más allá de lo que vi en tu mirada; creo que comienzo a perderme... como lo hice en tus ojos.

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