martes, agosto 30, 2016

Miedo

Corriendo, con la respiración entre cortada y la cara bañada de sudor, respiras hondo, mientras luchas por mantener el oxígeno en tu cuerpo...

Cada sonido es perturbador y martillea tu cerebro con un gran estruendo, logrando que se ericen los pelos de tu nuca.

Los rayos del sol que se cuelan por entre las hojas, no son suficientes para disipar el temor en tus pies. La luz danzarina, sólo acaricia las penumbras y las vuelve más terroríficas que la misma noche.

Se escucha en todos lados... en cada punto que observes, presientes que lo puedes ver.

Creíste que te habías escapado; que por fin lo habías derrotado... pero, sólo fuiste una ingenua alma soñadora engañada.

Cuando te ponga las manos encima, no quedará ni un rastro de tu aliento... eso lo sabes, por eso luchas como si tuvieras alguna oportunidad.

Tus manos sudan y tu mirada te traiciona; te caes, pero te logras levantar y vuelves a echar a correr.

Como alma que lleva el diablo, intentas huir. Intentas escapar, intentas volver a huir, pero no puedes más.

Eres duro como una roca, porque te has petrificado con el sonido agudo que sale del fondo de su ser y envuelve tu cuerpo. No hay nada que puedas hacer; aunque llores y grites, sabes que tu alma está atrapada y tu vientre desgarrado...

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